Los hábitos de
vida han cambiado mucho en las ultimas décadas. El ritmo actual, más
frenético, ha moldeado las costumbres, entre ellas, la alimentación.
Ya no comemos como antes. Debido a las prisas, la falta de dinero o
la búsqueda de comodidad, los alimentos congelados se han
popularizado. Casi siete de cada diez hogares consumen congelados,
como mínimo, una vez por semana. Estos alimentos se presentan como
buenos candidatos para sustituir y acompañar los productos frescos.
Sin embargo, la calidad de los frescos siempre se supone superior.
¿Es así? ¿Por qué los congelados son más baratos? ¿Pierden
propiedades, sabor o textura?.
Procesar un
alimento siempre conlleva alguna alteración. La congelación, en
concreto, supone la pérdida de algunas de las cualidades
organolépticas de los alimentos. No obstante, si el proceso se
realiza de manera adecuada, estas pérdidas son mínimas y apenas se
notan. Los alimentos congelados pueden mantenerse durante largos
periodos, pero también pueden deteriorarse si el frigorífico no es
adecuado o si se manipulan mal. En el caso de los alimentos frescos,
el trayecto desde su recolección hasta su consumo puede ocasionar
importantes deterioros.
El proceso de
congelación apenas afecta el contenido nutricional de los alimentos.
En la actualidad, se utiliza la técnica de la ultracongelación, que
según los expertos garantiza un 100% del contenido nutricional. Los
alimentos se congelan lo más rápido posible a temperaturas que
alcanzan -40ºC. De esta manera, se conservan las propiedades
nutricionales y, también, las cualidades organolépticas (sabor,
textura, color y olor). Si bien la pérdida de nutrientes es casi
imperceptible, es preciso recordar que siempre hay riesgo de alterar
alguna de sus cualidades. Este aspecto no se da en los alimentos
frescos, aunque la pérdida de nutrientes que pueden experimentar
desde que se recolectan y se preparan hasta su consumo puede ser
igual o mayor a las alteraciones durante la congelación. Así pues,
los alimentos congelados de manera segura y adecuada no tienen nada
que envidiar a los frescos.
A continuación
se detallan 5 beneficios que definen a los alimentos congelados. Son
los siguientes:
-Los alimentos
congelados son cómodos, permiten comprarlos en cualquier momento del
año, se conservan en buenas condiciones y se disfrutan cuando el
consumidor quiere.
-
Suponen un ahorro en tiempo y dinero.Aunque puede que
algún alimento congelado supere el precio de su homólogo fresco,
esto se debe a la calidad del alimento cuando se congeló y a las
técnicas utilizadas.
-Son
de fácil preparación.
-La
gran mayoría ya están preparados para cocinar, limpios y sin
desperdicios. Garantizan la seguridad de los alimentos, entre otros,
en el caso del Anisakis, un parásito presente en el pescado crudo
que requiere congelación para poder eliminarlo.
-
La congelación evita la proliferación de patógenos y la
degradación de los alimentos. Sin embargo, las bacterias no mueren,
pueden reactivarse durante el descongelado. Es esencial una buena
praxis.
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