Kendrik Farris decidió hacerse vegano en 2014, poco después de ser papá. Él mismo lo explica como si algo hiciera clic en su cabeza. Su decisión también estuvo influida por la conciencia animal. "No estoy de acuerdo con la muerte de millones de animales, y ese es una de los motivos que me llevó a buscar información sobre la alimentación vegana", dice.
Unas palabras que sorprenden a muchos por venir de alguien que forma parte de un mundo tan disciplinado como es el deporte olímpico. Obviamente, no es que la defensa animal esté reñida con una forma de vida así.
Su dieta reabre el debate sobre si es necesario comer carne para estar físicamente más fuerte. Porque de hecho él ha demostrado que no lo es: ser capaz de levantar 362 kilos de peso es totalmente compatible con alimentarse de forma vegana.
Además, el deportista señala otro de los puntos clave de seguir este tipo de dieta: la salud emocional. Dice que se siente mucho mejor, más limpio, más ligero y con las ideas más claras.
"No estoy de acuerdo con la muerte de millones de animales, y ese es una de los motivos que me llevó a buscar información sobre la alimentación vegana"Farris también explica que antes se ponía nervioso fácilmente, y que ahora su actitud es totalmente distinta. "Tengo muy mal temperamento, algo en lo que trabajo desde hace años. Ahora me siento capaz de reconocer distintas emociones y no estoy gobernado por ellas".
Su propia mujer, Katrina, se sorprendió con su decisión de seguir una dieta vegana: "Le encantaban las hamburguesas y todas las cosas en las que piensas cuando eres un atleta olímpico. Sobre todo la carne. Dos años más tarde, creo que la decisión lo ha convertido en alguien mejor".
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