Existe un proyecto que pretende poner solución a todos estos problemas. Consiste en un envoltorio comestible, y lo podríamos empezar a comer en menos de 3 años.
Sus ventajas son llamativas: no solo es biodegradable, también mantiene los alimentos más frescos. Y es que es 500 veces más efectivo que los plásticos dejando traspirar la comida. Su principal secreto es que está hecho con caseína, una de las proteínas de la leche.
La idea ha sido fruto de investigadores del Departamento de Agricultura de EE.UU., quienes todavía están trabajando en una fase experimental. A nivel comercial, el nuevo material podría acabar reemplazando al tradicional plástico que envuelve alimentos como el queso o las bandejas de carne.
Otra novedad es que el envase incorporará sabores y vitaminas con tal de que el alimento sea más sabroso y nutritivo. "Promoverá más la salud que el almidón", explica Laetitia Bonnailie, una de las líderes del proyecto.
"Actualmente estamos probando aplicaciones con una sola porción. Por ejemplo, los palitos de queso envueltos individualmente utilizan una gran proporción de plástico. Nos gustaría arreglar eso", asegura Bonnaillie.
También asegura que aunque todo evolucione, el problema del plástico sigue estando presente: "Todo está en un envase más pequeño, lo que es fantástico para la comida o la escuela, pero genera mucho gasto".
Con tal de conservar el envase limpio y seco, los productos que lo utilicen deberán ser enviados y vendidos en contenedores externos hechos de plástico o cartón. De esta forma se distinguen del envase tradicional, el de plástico.
Esta gran idea nos ayuda a dar un paso más adelante y avanzar hacia un futuro de menos contaminación.
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