Según el estudio que publicaron en la revista Nature en 2015, paradójicamente son las neuronas del cerebro encargadas de inhibir el apetito las que juegan el papel principal en el fenómeno.
Al contrario de lo que se espera de ellas, al encontrarse con la marihuana, estas células nerviosas hacen que el consumidor tenga un hambre voraz, al menos en el caso del ratón de laboratorio que se ha usado para llevar a cabo el estudio.
El investigador Tamas Horvath explicó "es como si al pisar el freno el coche se acelerara"; "(La marihuana) engaña al sistema central de alimentación del cerebro". "Nos sorprendió encontrar que las neuronas que creíamos responsables de la falta del apetito se activaban de repente para promover el hambre incluso cuando está saciado".
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